La Solución Contra el Estrés no es Dormir

La solución contra el estrés no es dormir.

Nuestro cerebro esta cableado de una forma que nos asegura nuestra supervivencia conocida como “Respuesta al Estres”  y cuyo fin es protegernos. 

Esta respuesta ocurre naturalmente cuando percibimos que estamos bajo una presión excesiva, una amenaza, una situación peligrosa, un desafío o estímulos nuevos. Nuestro sistema nervioso simpático se involucra de inmediato en la creación de una serie de cambios para prepararnos para pelear o huir de esa situación que amenaza nuestra vida. 

Desafortunadamente, el cuerpo también puede reaccionar de forma exagerada a otros factores que no ponen en peligro nuestra vida pero son igualmente de estresantes, como quedar parados en la calle por el tráfico, no poder volver a casa por un paro sorpresivo, perder un trabajo o tener presión en el trabajo, una mudanza, dificultades familiares o financieras, etc.

La “Respuesta al Estres” comienza en el cerebro. Cuando alguien se enfrenta a un peligro, los ojos o los oídos (o ambos) envían la información a la Amígdala Cerebral, un área del cerebro que contribuye al procesamiento emocional. La Amígdala interpreta las imágenes y los sonidos y cuando percibe peligro, envía instantáneamente una señal de socorro al Hipotálamo.

Esta área del cerebro funciona como un centro de comando, comunicándose con el resto del cuerpo a través del sistema nervioso para que la persona tenga la energía para pelear o huir.

El sistema nervioso autónomo tiene dos componentes, el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso simpático funciona como un acelerador en un auto. Activa la respuesta de pelea o huida, proporcionando al cuerpo una explosión de energía para que pueda responder a los peligros percibidos. El sistema nervioso parasimpático actúa como un freno. Promueve la respuesta de «descanso y digestión» que calma el cuerpo después de que el peligro ha pasado.

Después de que la Amígdala envía una señal de socorro, el hipotálamo activa el sistema nervioso simpático enviando señales a través de los nervios autónomos a las glándulas suprarrenales (ambas situadas encima de los riñones). Estas glándulas responden bombeando dos hormonas de estres: adrenalina (tambien conocida como epinefrina) y cortisol al torrente sanguíneo. A medida que la adrenalina circula por el cuerpo, provoca muchos cambios fisiológicos. El corazón late más rápido de lo normal, empujando la sangre hacia los músculos y otros órganos vitales. La frecuencia del pulso y la presión arterial aumentan. La persona que experimenta estos cambios también comienza a respirar más rápidamente. De esta manera, los pulmones pueden absorber la mayor cantidad de oxígeno posible con cada respiración. Se envía oxígeno adicional al cerebro, lo que aumenta el estado de alerta. La vista, el oído y otros sentidos se vuelven más agudos. Mientras tanto, la adrenalina desencadena la liberación de azúcar en la sangre (glucosa) y grasas de los sitios de almacenamiento temporal en el cuerpo. Estos nutrientes inundan el torrente sanguíneo y suministran energía a todas las partes del cuerpo.

Una vez que ese situación de peligro pasa, el sistema nervioso parasimpático, el «freno», amortigua la Respuesta al Estrés, los niveles hormonales regresan a la normalidad  y volvemos a un estado de equilibrio u homeostasis.

Pero cuando los factores estresantes están siempre presentes y te sentis constantemente atacado, esa reacción de pelear o huir permanece encendida.

La activación a largo plazo del sistema de “Respuesta al Estres” y la sobreexposición al cortisol y otras hormonas del estrés pueden interrumpir casi todos los procesos de tu cuerpo.

Los niveles altos y repetidos de cortisol prolongados tienen efectos negativos como: dolores de cabeza, fatiga, cambios en el apetito, cambios de humor, se debilita el sistema inmunológico, aumenta la presión sanguínea, aumenta el nivel de azúcar en la sangre, mayor producción de ácido gastrico en el estómago, formación ósea interrumpida, las células y el sistema inmunológico envejecen más rápido, se inhibe la formación de colágeno, las glándulas suprarrenales están demasiado ocupadas para producir otras hormonas necesarias para la buena salud y el bienestar (en especial la hormona DHEA, que cuando está baja no deja que el cuerpo repare las células y nos volvemos vulnerables a las enfermedades)

Qué enfermedades pueden aparecer o agravarse si estás constanstamente estresada? enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, problemas gastrointestinales- colón irritable, colitis, aumento del ácido gástrico en el estómago, reflujo, desbalances hormonales, depresión, ataques de ansiedad, obesidad, asma, jaquecas y migrañas, disfunción sexual (infertilidad o ciclos irregulares en las mujeres y disfunción eréctil en los hombres), artritis reumatoide, lupus, resfríos recurrentes, insomnio, fatiga crónica, problemas de concentración, pérdida de la memoria y alergías.

Afortunadamente, se pueden aprender técnicas para contrarrestar la respuesta al estrés.

El Dr. Herbert Benson, director emérito de Benson-Henry Institute for Mind Body Medicine at Massachusetts General Hospital (Instituto Benson-Henry de Medicina del Cuerpo y la Mente del Hospital General de Massachusetts), ha dedicado gran parte de su carrera a aprender cómo las personas pueden contrarrestar la Respuesta al Estrés mediante el uso de una combinación de enfoques que provocan la “Respuesta de Relajación”, un cambio neurológico del sistema nervioso simpático al sistema parasimpático, que le da al cuerpo un estado de reposo y curación, ya que:

  • Baja la presión arterial
  • Disminuye la respiración
  • Relaja la tensión muscular
  • Aumenta el flujo sanguíneo a órganos vitales y mejora la digestión, la fertilidad y el sistema inmunológico
  • Cambia la producción de hormonas de estrés por hormonas que aumentan la sensación de paz y bienestar (endorfinas, dopamina y serotonina).

La “Respuesta de Relajación”es una respuesta fisiológica congénita que aunque no creas que es verdad, sucede indefectiblemente cuando iniciamos los comportamientos para activarla.

Cuando aprendemos dónde acumulamos tensión y cómo liberarla, podemos aprender a relajarnos consciente y decididamente. La acción de relajación se vuelve repetible. Cuanto más practicamos la relajación consciente, más nos familiarizamos con lo que tenemos que hacer para relajarnos, y más fácil se vuelve estar centrado y tranquilo.

La solución para el estrés no es dormir.

La solucion es frenar la “Respuesta al Estres”, encender la “Respuesta de Relajación” y regresar nuestro cuerpo a su ritmo natural, para que podamos fluir con el medio ambiente y los cambios. 

No podemos cambiar la forma que nuestro sistema nervioso responde, pero si podemos cambiar la forma que respondemos nosotros a lo que nuestro sistema nervioso elige hacer.

Si me seguís en FB o Instagram, estate atenta que voy a subir unos ejercicios para que hagas en tu tiempo libre para aprender a activar la «Respuesta de Relajación».

Fuentes:

Respuesta de Relajación del Dr. Herbert Benson”, Psychology Today , Marilyn Mitchell M.D.

Comprendiendo la respuesta al estrés, Harvard Health Publishing, Harvard Medical School

Therapeutic Yoga Teacher Training, Jillian Pransky 

Una respuesta a “La Solución Contra el Estrés no es Dormir”

  1. […] Cuando hacemos una pausa, respiramos más profundo y le damos lugar al ritmo natural de nuestra respiración,  interrumpimos la respuesta de stress y activamos la respuesta de relajación.  […]

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