Los Yamas son esencialmente las guías morales de quienes practicamos yoga. Estas guías no solo se practican en el estudio y en el mat, sino también en nuestra vida diaria y nos ayudan a mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Aparigraha es el último Yama de los ocho miembros del yoga de Patanjali. A menudo se traduce como «no codicia» o «desapego».
¿Cuántas veces nos preocupamos tanto por el resultado de un proyecto en el que estamos trabajando, los planes de unas vacaciones, o la comida que estamos preparando, que no logramos disfrutar el proceso en sí?
Cuántas veces nos preocupa más si tenemos éxito o si somos suficientemente buenas haciendo un Asana, que el camino que transitamos para llegar ahí?
La próxima vez que llegues al estudio y tengas todo listo para empezar tu práctica, cuando despliegues el mat, te acuestes y empieces a respirar y a relajar, pregúntate cual es la verdadera razón por la que empezaste yoga. Pensá cómo podes conectarte con vos misma y estar presente. Observa si en algún momento te encontras comparándote con alguna de tus compañeras o si te empujaste a hacer una asana que tal vez el cuerpo no este listo para hacer ese día. Prestá atención a cómo te sentís cuando sos la única que no te sale algún ejercicio o te salís de tu postura una y otra vez.
Yo sé que el progreso en nuestra práctica es muy motivador, pero sabes qué? no tiene por qué ser la única recompensa. El simple placer de mover nuestros cuerpos, mantenernos móviles e independientes, rodearnos de mujeres positivas, y descubrir qué nos hace sentir bien es aún mayor.
Cuanto más practicamos, por supuesto, más fuerte y más flexible nos volvemos físicamente, pero se necesita un poco más de tiempo para que nuestra cabeza llegue a ese mismo lugar. Mientras que nuestros cuerpos disfrutan moverse en nuestras clases, la cabeza se sigue distrayendo con pensamientos acerca de la manera en que podríamos ser mejor o más fuerte, o cómo podemos hacer esa postura más rápido. Es difícil encontrar ese lugar donde una está feliz con lo que uno experimenta en ese preciso momento. Las cabezas son traicioneras, siempre quieren más y siempre lo quieren ahora
Cómo puedo practicar Aparigaha?
- Desprendete. Las posesiones materiales ocupan espacio y energía, tanto en tu cabeza como en tu casa. Intentá esto: cada vez que compres algo nuevo, soltá algo viejo, donalo, vendelo o regalalo. Al soltar las cosas del pasado, podes vivir más plenamente en el presente.
- Practicá el autocuidado. Cuando tenemos miedo e inseguridad, podemos sentir la necesidad de aferrarnos y controlar a quienes están más cerca de nosotros. Eso rara vez funciona. En cambio, encontrá algo que te haga sentir centrada, independiente y fuerte.
- Sé positiva. Practicá tener pensamientos positivos para tener una vida interior más serena.
- Perdoná. Es momento de olvidar los recuerdos dolorosos de tu pasado. Perdoná a quienes te hayan lastimado.
- Practicá. A veces tratamos tanto de ser tan perfectas en nuestros asanas, nuestra meditación y nuestra relajación que perdemos la esencia de la práctica. Hacé tu mejor esfuerzo, mantené tu corazón y tu cabeza abierta a las cosas nuevas y disfrutá la práctica que tenes día a día.
- Sé generosa. Compartí tu tiempo, tu energía, tu conocimiento, tu atención con aquellas personan que suman en tu vida.
Aparigraha nos ofrece libertad – la libertad de hacer lo que nos gusta sin tener que preocuparnos por el resultado, libertad para no necesitar tantas posesiones materiales y creer que coleccionar cosas nos brinda la felicidad, y la libertad para experimentar todo lo que nos ofrece yoga, sea lo que sea, las cosas que nos salen y las que no también. Porque experimentar solamente lo bueno es experimentar sólo la mitad de lo que la vida tiene para ofrecer.
Buen mes de Noviembre,
Nos encontramos en el mat 🙂
Namaste, Mumi ♡
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