Savanasa, o la postura del cadáver, es una de las posturas más importantes de nuestra práctica. A simple vista se ve super fácil, pero no lo es.
Relajar cada parte del cuerpo desde la cabeza a los pies, mientras uno permanece consciente no es tarea fácil. Y cuando finalmente logramos relajar nuestro cuerpo, nos toca relajar nuestra mente. Respirar suavemente y sin esfuerzo, observar nuestros pensamientos y dejarlos pasar, llevar nuestra atención hacia adentro, descubrir los sentimientos que aparecen cuando estamos quietos son algunos de los desafíos que presenta este asana
Mantenerse consciente mientras uno se relaja también nos ayuda a observar como una parte más profunda de uno mismo espera estos momentos para revelar su verdad. En este estado de tranquilidad y relajación pueden surgir sentimientos de conexión, claridad, amor o alegría.
Esta tranquilidad que está dentro nuestro, es uno de los regalos de Yoga. Tengamos presentes que podemos crear esta calma, todos las veces que queramos o necesitemos.
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